viernes, 20 de marzo de 2009

El tercer escalón

Vamos a hacer una segunda parada, sólo por recopilar. Empezamos el tercer escalón, que no se va a distinguir tanto del segundo en contenidos. Sin embargo, es bueno parar, mirar hacia atrás y recopilar lo que ya sabemos. De otro modo uno se pierde en la niebla del tiempo, sin tomar conciencia de que sí han cambiado algunas cosas.

El primer escalón fue darnos cuenta de algo clave para poder curarnos:
- De la depresión se sale.
- Soy alguien enfermo, no alguien débil.
- De lo que no soy culpable.
- Es una enfermedad, no una excusa, no podemos "no hacer nada al respecto".
- Al menos declarémosle la guerra.
- Algo más que medicinas. Puedo hacer algo más que soportarla.
- No es tan importante el motivo concreto. Lo importante es querer salir.

Todo esto nos ubicaba en el punto que hace posible empezar a luchar, creer que se puede vencer, no sentirse ni el culpable, ni el error, ni víctima de algo invencible. Creer que se puede es fundamental, como decíamos. Decide salir de ahí cuanto antes.

El segundo escalón son algunas herramientas sobre el lugar donde se desarrolla esta enfermedad invisible: nuestro interior, que debemos conocer cuanto más mejor, para poder dominar el terreno de la batalla: nostros mismos. Estos eran sus contenidos.

- Cuidarnos, preocuparnos por nosotros, querernos, arreglarnos, darnos cosas agradables.
- Llevas gafas ocuras, ahora nuestro entorno sabe cómo nos sentimos, lo que nos y les ayudará a comprender. Nos hemos distanciado de la realidad de forma inconsciente, no nos llegan los estímulos. Ahora sabemos y saben lo que ocurre. Estamos poco conectados con el mundo.
- Conectarse a uno mismo. Debemos buscar el camino que nos une a nosotros de nuevo: cosas que nos agradan, en las que volvemos a sentir, y también introducirnos en nosotros y buscar dónde estamos, entrar en nuestro interior y buscarnos, estamos ahí. Todo contacto con lo que somos, todo lo que nos calma y hace sentir bien, es el camino a seguir y repetir, por el que debemos andar.
- Reconócete los logros. Cualquier pequeño avance en cualquier sentido es bueno aplaudírnoslo. Seamos justos con nosotros, no nos saquemos las faltas, sino los avances.
- Hemos acorralado a los pensamientos repetitivos, todo lo que se lleva al conocimiento, se reduce. Ser conscientes de nuestras rumias mentales, nos las hace más dominables. Sabemos que las tenemos, con ejercicios de concentración en cualquier otra cosa, van desapareciendo...pero hay que trabajar, no te dejes, que sabemos que cuesta mucho, pero quieres curarte, no?
- hola depresión, soy más fuerte que tú. Se trata de que nuestra voluntad, igual que hacíamos con los pensamientos, se vaya anteponiendo a la fuerza hacia abajo que nos ejerce la depresión. Se trata de levantarse y andar, a pesar de no tener ganas, se trata de recoger, de leer, de, a base de voluntad, escapar de las redes de la depresión. Porque, como decía el texto de Bucay, a veces creemos que será imposible escaparnos de esa estaca que en realidad es mucho más pequeña que nosotros. Y ese convencimiento nos hace no movernos, no intentarlo.
- Nuestro pensamiento no siempre tiene razón. Pensamiento no es igual a verdad. No tiene por qué ser cierto que nos va a salir mal, que no valemos, que no vamos a encontrar trabajo, etc. A lo mejor estoy más triste porque creo que si lo pienso es cierto.
- Algo que ayuda mucho es escribir nuestros objetivos respecto a la depresión. Saber qué queremos conseguir exactamente, así tendremos más claro en qué sentido esforzarnos, qué cosas trabajar.
- Donde miras crece, no lo olvides. Un modo de desarrollar las cosas positivas es elegir en qué nos fijamos, en qué pasamos el tiempo y el esfuerzo. Elige a qué dedicas tus pensamientos, tus sentimientos, tu día. Si es a cosas positivas y agradables tendrás cada vez más ratos de conexión contigo, de victoria, de no estar mal. Educa a tu pensamiento, párale cuando te hable mal de ti.
- NO vayas en pijama por la calle. Te dará fortaleza no aparecer siempre como el patito feo ante los demás y saber que puedes elegir no tener que encerrarte.
- Fortalece tu musculatura interior. Al igual que el cuerpo en un gimnasio, nuestro caracter o interior se puede trabajar, ejercicio a ejercicio. Todas las partes de nuestro ser son igual de importantes y de moldeables. Hazte fuerte, es muy recomendable.

Ya tenemos un montón de pistas para trabajar con ellas, para subir ese segundo escalón que nos da conocimiento sobre nosotros mismos y capacidad de saber que se le puede ir venciendo, que se puede ir avanzando. No ceses en la lucha, es lenta pero es segura, mientras tengas claro que quieres salir de ahí.

Vamos a por el tercer escalón.

Fortalecer nuestra musculatura interior


Tenemos que ser conscientes de algo que es poco conocido, hoy por hoy. No sólo se puede ejercitar y fortalecer nuestro físico, también es posible trabajar nuestros músculos interiores. Sí que podemos constatar que en épocas de nuestra vida nos hemos sentido más "fuertes", seguros, firmes...que en otras, es decir que sí que hemos estado más en forma unas veces que otras, "por dentro". Eso demuestra que, efectivamente, existe una musculatura interior, de carácter, podríamos decir.

La clave está en saber cuáles son esos músculos de dentro, los que no se ven, en los que se apoya nuestra personalidad y nuestras actuaciones diarias. Pues bien, eso depende un poco de cada persona. Cada uno tiene que trabajar más una parte u otra de su "cuerpo". Unos quieren sacar gluteos y otros creen que ya tienen bastante, otros tienen fuerza en los brazos, pero no en los abdominales...es decir, cada uno se conoce y sabe qué parte prefiere fortalecer de sí mismo. Tampoco hay un patrón de perfección. Ni un brazo enorme ni uno flaco es lo ideal. Hay que tener en cuenta qué le gusta más a cada uno. Todo está bien, mientras a ti te parezca bien.

Con nuestra personalidad pasa igual, cada uno trabaja lo que cree necesario. Las claves, los músculos, las zonas de trabajo son: la voluntad (fuerza de), la serenidad, la paciencia, la capacidad de reflexión, la capacidad de empatía, la tolerancia a la frustración (reacción ante lo no conseguido), la fe en uno mismo, la fe en los demás, la capacidad de lucha, la asertividad (o capacidad de decir lo que sientes con tranquilidad y sin apabullar), la organización personal, etc, etc. La lista es tan larga como la de nuestros músculos anatómicos.

Todo eso se puede trabajar, se puede fortalecer, poco a poco, como todo. A cada uno le vendrá bien una cosa, o dos, o diez. A cada uno le correrá más prisa algo... lo importante es ser conscientes de que se puede fortalecer nuestra "musculatura interior".

Muy importante: saber esto no significa sentir que somo débiles porque no tenemos algo desarrollado o porque EN ESTOS MOMENTOS no nos sentimos Sansón. No perdamos de vista a los mensajes que nos enviamos. Acaso alguien acusa a una persona por ser delgada? Acaso un joven normal no ha llegado a ser un fortachón, precisamente por lo que se ejercitó por encima de otros muchos que no trabajaron tanto, aunque tenían mejor base muscular? Acaso a alguien que está flojo por haber pasado una enfermedad le hace alguien sentir culpable por tener que ir a rehabilitación? Pues no nos lo hagamos nosotros. Hemos descubierto una herramienta, el paracetamol, las galletas para diabéticos, algo así, no una forma de echarnos tierra encima.

Esto es un reto, una gran posibilidad, en realidad lo es para cualquier persona y en cualquier situación. En épocas de la antigüedad como en la gran Grecia, Esparta o en el Antiguo Egipto se enseñaba a las personas a trabajar su interior, a la vez que su cuerpo. Todo nuestro ser es igual de importante.

¿Cómo lo hago? De momento, sigue tomando conciencia de lo que lees, de lo que quieres y de lo que es posible. Todo va quedando en ti y haz ejercicios hacia lo que deseas, hacia la concentración, como hemos explicado, hacia la capacidad de trabajar...ponte a ello, es el modo más sencillo de empezar, ejercítate. Lo más importante es que irás cogiendo confianza en que se puede ir hacia donde quieres, basándote en tu voluntad. Hay que trabajar, querer y creer en ello.
Sé que son ideas nuevas muchas de estas. Según vayan calando en ti, serán más posibles: Puedes trabajar tu musculatura interior, puedes ser tú pero más moreno, sin canas, con lentillas, con ropa más moderna. ¿A que eso ni te lo pensarías para mejorarte a ti mismo? Pues también puedes ser más tranquilo, más paciente, más comprensivo, más animado, más templado, más lo que quieras.

A ponerte guapo, desde dentro.

viernes, 13 de marzo de 2009

un rayo de luz

Este texto ha llegado como comentario, pero creo que tiene la importancia suficiente como para tener un post propio. Enhorabuena Cocol.
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Necesito contarlo porque seguro que servira a alguien. En el mes de Septiembre de 2008, empeze a sentirme nuy mal, me dijo el medico que era ansiedad, me mando medicacion , me la tomaba y cada dia me ponia una careta nueva para que nadie lo notara, mis padres, mis hermanos, marido, el trabajo, cada vez iba a peor, siempre lo achacaba al cansancio, puesto que mi vida se suponia perfecta : 33 años, ejecutiva, una casa de revista, un marido fantastico, una familia maravillosa. Que podia tener?.
El 27 de Octubre, cai redonda al suelo,tenia mas de 170 pulsaciones al corazon, a partir de ahi empezo lo peor de mi vida, como yo le llamo me entro cancer en el alma(depresion), medicos y mas medicos, pruebas, no podia asumirlo, me queria negar que yo pudiese tener esa enfermad, fui al psicologo, a un psiquiatra a otro, el de la mutua me dijo que jamas me curaria, me converti en un fantasma, no hablaba, no salia a la calle, siempre en la cama, todo el dia llorando, volvi a vivir con mis padres, me converti en practicamente un bebe, adelgaze muchisimo, mis hermanos casi no me reconocian, ya se que es muy triste pero muchos de ustedes me comprenderan. Como de ser una persona autosuficiente, independiente, pasar a no poder bajar siquiera la escalera de mi casa.
Me cambiaron muchas veces el tratamiento, y nada decian que era quimico, y hace dos meses ocurrio lo peor, me intente suicidar con pastillas cuando llego el 112 yo estaba ya practicamente en coma, no sabian si viviria o no, sobrevivi, pero dicen que fue un milagro. Cuando desperte me senti todavia peor, cada dia recordaba que me tenia que haber muerto, retrocedi muchisimo, hasta que vi las lagrimas de mi madre pidiendome por favor que no lo volviese a hacer(jamas habia visto a mi madre asi), empece a reaccionar, y tb a asumir la enfermedad que tenia y no avengorzarme de ello, porque ese era mi principal problema, asumir que yo era vulnerable como cualquier persona y podia enfermar, poco a poco cuando alguien me preguntaba como estaba, yo reconocia mi enfermedad pero no dando pena sino como cualquier otra persona puede hablar de algun tema, empece a salir con mucho esfuerzo pero lo hacia, me volvi a interesar por la moda , una de mis pasiones, me arreglaba aunque fuese a comprar el pan, ademas aparecio en mi vida mi hado madrino el Dr Hijazo quien ha conseguido dar con el tratamiento eficaz, hace un mes me dijo que viviese simplemente y siguiese con una nueva medicacion, eso he hecho y poco a poco lo estoy consiguiendo el viernes pasado fui a la peluqueria, y hoy me he comprado un traje de flamenca, y sobretodo volvi a mi casa de casada a pasar el fin de semana, se que todavia me queda mucho por luchar , tomar la medicacion , que habra dias que no estare tan bien, pero se positivamente que ahora mi cristal de mi vida ya no es negro ni gris sino de un tono rosado.He aprendido algo a tener paciencia que antes no tenia, a ser mejor persona, a ser menos materialista y sobretodo a quererme a mi misma. Ah se me olvidaba! Ayer la mutua me dio el alta, ya estoy apta para trabajar, pero mas que nada estoy superpreparada para VIVIR.
Espero que os haya ayudado, que si que se consigue.
Un beso enorme a todos
COCOL

martes, 3 de marzo de 2009

No vayas en pijama por la calle

Una de las peores cosas por la que pasa la persona deprimida es sentirse mal en ambientes en los que necesita estar bien. No quiere tener mala cara en el trabajo, que le noten mal otra vez, no quiere asustar a sus hijos o a sus padres, no quiere amargar la comida a nadie... Las celebraciones o fechas señaladas son aún más fastidiosas porque te recuerdan que "deberías estar bien".

Hay cosas que dan aún más fuerza a la depresión, en lugar de a nosotros. Una de ellas es hablar y hablar del tema con los que nos rodean que, si no son muy cercanos, pueden apartarse un poco incluso, por no escuchar lo mismo otra vez. También lo fomenta el que en nuestro ambiente laboral o social (no en el íntimo) sepan que estamos mal. Si la gente cree que estás bien, te verá más normal de lo que crees. Además, con ello te obligas a ti mismo a sostener el tipo, que es algo beneficioso para tu imagen propia y ajena y para tu fortaleza personal.

A nadie le gusta que le señalen. No te dejes caer en cualquier lugar, en cualquier ambiente, ante cualquier observador. Para eso están tus personas cercanas. No favorece el típico comentario de "ella está mal" o "ya sabes cómo es él" y, desgraciadamente, eso es lo que escucharás en esta cultura negativa extendida sobre la depresión.

Por eso, hazte fuerte, y practica en elegir los momentos y lugares en que uno puede relajarse en este sentido. Piénsalo, todo es educable. Del mismo modo que no irías a trabajar, al médico, o simplemente a la calle, en zapatillas y pijama, también puedes, incluso debes, por ti mismo, porque te debes respetar para que lo hagan otros, evitar ir con tus peores galas emocionales por cualquier sitio.

Sé que hoy puede parecerte que uno está mal cuando toca, y lo sé, lo tengo claro. Pero también sé que uno puede hacer crecer la dignidad personal y decirse: "no vuelvo a llorar en el trabajo", por ejemplo. Se puede llegar a cambiar la cara, a cortar con la situación, poco a poco te vas dando fuerza a ti mismo. Donde miras, crece, no? Pues si es necesario empieza a pensar cosas positivas delante del espejo hasta que salgas adelante de esa situación. Sabes que no quieres que te vean tus hijos, tus compañeros...pues vete al baño, lávate los ojos y sonríe, aunque sea de mentira; y anda hacia delante. Y si alguien te comenta sobre tu mala cara, responde: es que he dormido mal, nada más, los días que van pesando... La mayoría de la gente lo tomará como cierto y te dejará en paz, y tú podrás seguir adelante más tranquilo, sin miradas en la nuca.

El ser humano es mucho más fuerte de lo que cree, tú incluido. Lávate la cara y sigue adelante (habrás salvado esa situación que de otro modo te habría hecho sentir aún peor). Cuando tengas un rato tranquilo, ya llorarás, ya pensarás, ya descansarás...o quizás no, quizás te digas: qué bien lo he hecho hoy.

Puede que esto suene un poco brusco según cómo te encuentres, pero es una buena pista. Es algo a lo que agarrarte, es algo más, una tirita más, vitamina C para tu gripe emocional. Los mensajes quedan ahí para cuando los vayas necesitando, tirarás de ellos a su tiempo.

Y es que no hay pócima mágica, lo que hay son ganas de salir de ahí, aunque sea por rabia, aunque sea por no perder lo que quieres, aunque sea sin fuerza. Lo que hay son pistas que nos llevan a ir cambiando la forma en que nos vemos, a creer en nosotros, ya que una vez consigamos poner el motor en marcha, su fuerza es infinita.

lunes, 2 de marzo de 2009

Remando al viento


"He llegado a la aterradora conclusión de que yo soy el elemento decisivo. Es mi enfoque personal el que crea el clima. Es mi humor diario el que determina el estado del tiempo. Tengo un gran poder para hacer que mi vida sea triste o alegre..."

Este texto de Goethe me ha recordado que existe la grava y que sé lo que provoca en mi piel rasgada por ella.¿Quién no se ha sentido alguna vez remando al viento o más bien, guiado por su antojo, con la sensación de que nuestra barca unas veces avanza, pero otras se aquieta y otras tantas permite que el mar y el aire jueguen con ella, obviando el esfuerzo perenne de nuestros humanos brazos internos? Es entonces cuando recuerdas tu piel rasgada por la grava, manchada en rojo y negro. Aun así, comprendes que continuas flotando, respirando, que debes seguir luchando.Son momentos, son verdades que hablan de media luz, de soslayos, de zozobras, de sombras, de me toca, de es la vida, de ahora entiendo..., tan reales y tan nuestras como los más sublimes brillos.

Recordar es mi ungüento más fiable para semejantes instantes o eternidades.
Recordar, cachorro, que lo sigues siendo, por puro, por limpio, cuanto más adentro.
Recordar, gran parra, que existe la poda, para no temerla si insiste en su intento...
en abril vencerán tus brotes de nuevo.
Recordar que un día no supiste andar, ni hablar, ni correr...
el próximo paso: limpiar las heridas de sangre y de grava; aprender a ser."