miércoles, 26 de agosto de 2009

"tu autoestima depende...

...de los criterios que utilices para juzgarte", dice una frase colgada en mi nevera desde hace años.

Y no sólo tu autoestima, sino buena parte de tus disgustos ante las situaciones que te ocurren y ante la gente. Según lo exigentes que seamos con nosotros, según valoremos nuestras actitudes, nuestros logros, nuestros errores, así estaremos de satisfechos y opinaremos sobre nosotros.
Por eso, sé indulgente, como lo serías con otros, posiblemente. Sé justo contigo, no demasiado severo, cree en ti.

En la Universidad de Magisterio estudié lo que se llama "el efecto Pigmalion", tiene varias explicaciones aplicables a según qué campo. Su idea principal se basa en que las personas se comportan según las tratemos, según creamos de ellas, según pensemos de ellas. Si repites a un alumno, a alguien... "si es que no te sale, no hay manera, eres vago", etc., creerá que lo es y no intentará hacer algo diferente, aunque tenga posibilidades. Si lo que repites a alguien es "qué bien lo haces, cuánto lo intentas, me gusta lo que has hecho...", esa persona creerá en sí misma y seguirá luchando. Por ahí van los tiros. El efecto Pigmalion funciona con lo que opinas de ti mismo. Cambia los criterios que utilizas para juzgarte. Sé indulgente y justo contigo, cree en ti, como lo haría un buen profesor, ahora te estás educando a ti mismo; como lo haría un buen responsable de alguien, y todos los somos de nuestra persona.

Además, como decía antes, esto no sólo ocurre con nuestra autoestima, sino con las situaciones y personas que nos rodean. Las expectativas que tenemos ante ellas pueden fallar y provocarnos disgusto. Ahí también, cambiando nuestros criterios para juzgarlos, todo irá mejor.

Aligera la carga, quítale hierro, básate en lo importante, ten ganas de que todo vaya bien, sé indulgente también con ellos, con las situaciones, con las personas, suelta muchos ¿y qué?
En muchas ocasiones, nosotros decidimos cómo vivimos. No podemos cambiar lo que nos ocurre, a priori, pero SIEMPRE PODEMOS CAMBIAR CÓMO NOS LO TOMAMOS, cómo lo vivimos.