jueves, 22 de enero de 2009

Un mensaje que merece la pena

He aprendido....que nadie es perfecto
hasta que no te enamoras.
He aprendido que....la vida es dura
pero yo lo soy más!!

He aprendido que...las oportunidades no se pierden nunca
las que tu dejas marchar...las aprovecha otro.
He aprendido que...cuando siembras rencor y amargura
la felicidad se va a otra parte.
He aprendido...que necesitaría usar siempre palabras buenas...
porque mañana quizás se tienen que tragar.
He aprendido...que una sonrisa es un modo económico
para mejorar tu aspecto.
He aprendido...que sí puedo elegir como me siento...
y siempre puedo hacer algo.

He aprendido que...todos quieren vivir en la cima de la montaña...
pero toda la felicidad pasa mientras la escalas.
He aprendido que...se necesita gozar del viaje
y no pensar sólo en la meta.
He aprendido que...es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias...
cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida (es el caso).
He aprendido que...cuanto menos tiempo derrocho...
más cosas hago.

martes, 20 de enero de 2009

LOS PENSAMIENTOS REPETITIVOS

Dentro de la desconexión de la realidad, uno de los motivos fundamentales es que se está pensando continuamente. Hay ideas que obsesionan, en cierto modo, sobre lo que nos ocurre, sobre cómo somos, etc., y no nos dejan vivir.

Es muy importante para nosotros cortar estos pensamientos. Entre otras cosas, porque no siempre son ciertos. La idea que tenemos ahora de nosotros y de lo que nos ocurre irá cambiando, para bien. Recordar, como posiblemente hagamos, conversaciones, caras, situaciones que nos han hecho daño o que no conseguimos superar, tampoco nos ayuda. Por eso, lo mejor es ir cortando los pensamientos desagradables y sobre todo reiterativos.

Al pricipio cuesta concentrarse en algo, anda uno con la cabeza perdida en ningún sitio, sin capacidad para estar centrado en una tarea concreta, con grandes despistes en el trabajo, en casa, y sin ganas de hacer nada. Vamos a salir de ahí, poco a poco, como todo.

Es muy positivo hacer cosas que nos distraigan, pero de verdad. No sirve ir al parque o ver la televisión y estar en realidad pensando en lo de siempre. Hacemos esto para mejorar, así que hay que trabajar, es por nosotros. Si no puedes, como es muy posible, concentrarte en ninguna tarea desde el principio, entonces vamos a fortalecer esa capacidad perdida. Se puede, claro que se puede.

Será de forma gradual. Vamos a coger nuestra atención de forma totalmente consciente y la vamos a poner en algo que no tenga relación con lo que nos pasa y sea agradable para nosotros. Sirve un libro, un programa de televisión, o hacer ejercicio. Ha de ser algo que hagamos a solas.
Nos fijaremos en esa tarea fuertemente, con todo lo que somos, sin pensar en nada. Lo conseguiremos al menos unos segundos. Posiblemente, en seguida la cabeza volverá a lo suyo. Su tarea es ser importante para nosotros y no la vamos a dejar. En nuestra vida mandamos nosotros, pensamientos incluidos. Hay que ser conscientes de que esos pensamientos nos están haciendo daño y no dejarles pasar, de acuerdo?
Volvemos a la carga, nos centramos completamente en la lectura, ejercicio, etc. Una y otra vez, hasta que nos demos cuenta de que hemos estado un rato, un pequeño tiempo sin pensar en el ogro que nos aterroriza. Repítelo las veces que haga falta, cada vez podrás un poco más y siempre se consigue, es algo mecánico. Te estás educando hacia lo que te conviene. Trabaja en ello.

¡Enhorabuena! Este es un paso de gigante. Habrás conseguido coger las riendas de tus pensamientos, mandarlos a la porra por un rato. Esto es algo que nos vendrá bien hacer cada vez más. Cada vez más amenudo, cada vez más tiempo. Iremos haciendo las cosas, sólo pensando en ellas. Iremos sabiendo que somos capaces de centrarnos en algo, en recoger la casa, en terminar el inventario del trabajo, en estar un rato leyendo, etc. Eso nos permitirá planificar, decir, por ejemplo, hoy voy a hacer tal cosa, ya que tenemos la confianza de que podemos centrarnos en ello y no acabaremos despistados en un rincón, pensando en cosas que sólo nos hacen mal.

Adelante, siempre adelante, poco a poco, segundo a segundo, paso a paso, se construyeron las pirámides. Hoy, el reto es parar nuestro pensamiento negativo, aunque sea un instante. Mañana dos instantes...hasta que tú decidas en qué piensas.

jueves, 8 de enero de 2009

Conectarse a uno mismo


Como ya hemos comentado, el problema fundamental de la depresión es que nos desconecta de la realidad. No vemos la viveza de lo que pasa alrededor, ni siquiera llega bien el afecto de los cercanos. Ni nuestra propia forma de ser la vemos ya con claridad.
Nos recordamos de lejos, pero no somos ahora la misma persona. Ya no se sabe exactamente cómo se es, quién se es. Esto es bastante duro para cualquiera. Estás perdido en el mar, y el malo de la película eres tú. Tú quien se dejó allí, tú quien no sabe volver, tú quien no supo navegar...es desesperante. Hay algo bueno en todo esto, aunque tú no lo sabes, y es: que es FALSO, pero tú lo vives así y a veces los de tu alrededor también te hacen sentir así.

Es importante encontrar el camino de vuelta a nosotros mismos, como todo, poco a poco. No es sencillo, se dará a base de pequeños pasos. Además hay que tener en cuenta que en ocasiones una situación externa nos está influyendo para sentirnos mal (una perdida, un maltrato, una enfermedad de alguien cercano, etc.). Aún así, todo ello es susceptible de arreglarlo en lo posible, y en lo que no, de ser dejado en una parcela aparte de nosotros mismos, y vivirlo en su medida, sin que invada a toda nuestra personalidad, a todo nuestro tiempo. Puede que parezca imposible, incluso injusto (cómo voy a dejar de pensar en la enfermedad de mi madre...por ejemplo), sin embargo, lo realmente injusto es dejar que se vaya toda nuestra vida. No somos menos responsables de nuestro deber por ocuparnos de él, pasarlo mal por él, ser conscientes de él y, además, seguir adelante con nuestra vida.

El modo de reconectarse con uno mismo es buscando resquicios en los que nos sintamos más cerca, más reales, o más tranquilos, o más contentos...ALGO. Momentos en que sintamos algo.
Es similar a la idea de cuidar de nosotros mismos. El objetivo era buscar cosas que nos agradasen, puntos en los que nos encontrásemos a nosotros mismos. Puede ser estar con nuestros hijos, cocinar, puede ser tomar una decisión pequeña como comprar algo concreto que nos identifica con una forma de ser con la que siempre soñamos. Sé que esta información es poca ahora, que no es una solución inmediata, pero es que no la hay. Lo que hay es un camino en el que ir tomando pistas de lo que ocurre, de qué nos puede ayudar, según sea y esté cada uno. Con todo, se hará una nueva idea de ti mismo y de cómo llegar hasta ti, de nuevo.
A veces la respuesta está oculta en nosotros, la sabemos, pero no nos atrevemos a verla, a cambiar lo que no nos gusta y acabamos tristes sin saber por qué. Por ello, un buen ejercicio es la introspección, pero no para pensar, sino para sentir. Tampoco para sentirnos mal, sino para buscarnos. Parar, estar serenos, mirarnos, recordar que somos los únicos responsables de nosotros mismos, dibujar la vida que querríamos, y, paso a paso, andar hacia ella. En ocasiones, hay que parar para avanzar.
Lo más importante de todo lo que avancemos, de cualquier sensación optimista, agradable, esperanzada, de cualquier paso adelante, de cualquier gana de hacer "algo", es que nos lo celebremos, aplaudamos, reconozcamos, valoremos. Todo es un logro y tú eres el único juez que debe consentir. Sé justo contigo mismo y apruebate que lo estás intentando y eso, en nosotros, es conseguirlo.
Recordaremos las ideas de este denso post, una a una.