búscate un buen terapeuta, es fundamental. Y también lo es que te busques un psiquiatra de confianza porque algo de medicación te puede venir bien. A partir de ahí, esto es una cuestión de voluntad. Se llora mucho, hay mucha desesperanza y falta de salida, pero un día te das cuenta de que estás metida en arenas movedizas y que a mayor desesperanza, mayor hundimiento. Y a mayor miedo a la situación, más grande se hace.
Entonces, tienes que ser tú la que, sigilosamente, le de la cara a la depresión. La que se de cuenta de que es ella o tú. La que decida por ti. La depresión es como esas malas amigas que te van vendiendo por detrás y a ti te ponen una sonrisa. Parece que no puedes hacer nada sin ella, que ella y tú sois lo mismo, cuando, en realidad, no puedes hacer nada si sigues con ella. Ella y tú sois cosas diferentes, pero ella te convence de que sois una sola cosa. No, tú eres tú y no eres esa enfermedad que te ha tocado como le podía tocar a otro o cualquier otro tema a padecer.
Ante cualquier otra cosa, que no te hiciera sentir culpable por tenerla, como un cáncer, una diabetes, un hijo enfermo, ante todo lucharías. Pues sepárate de la depresión, aprende que es pegajosa, pesada, que ella se alimenta de ti y no tú de ella. Hazte fuerte frente a ella. Descubre algo que no querrías jamás perder en la vida y lucha por ti centrándote en esa idea.
En eso que quieres tener siempre: tus hijos, esa risa, tu belleza, lo que sea. Algo que desde dentro sabes que no querrías perder y que, si sigues así, lo perderás.Levántate y anda, dale la cara a la depresión y comienza a creer en ti, día a día. En realidad estás luchando, si no, no habrías entrado en este blog.
Un abrazo, sigue adelante. Se hace justo así.
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martes, 28 de septiembre de 2010
lunes, 2 de febrero de 2009
hola depresión, soy más fuerte que tú
Ya nos hemos dado la oportunidad de quitarnos la culpa de lo que nos ocurre, porque sabemos no somos débiles, sino que estamos enfermos. Ya nos hemos concienciado de que, además de los medicamentos, se pueden hacer otras cosas para mejorar de lo que se padece (de hecho ya lo estás haciendo...). Ahora vamos a comprobar que, en realidad, somos más fuertes que la depresión, aunque no podamos vencerla en un sólo día, ni con una sola decisión.
Sigue poniéndote objetivos como indicamos en el último post, algo que sea sencillo. Recuerda que todos los aprendizajes llevan su tiempo, tanto para entender los contenidos, como para que vayan haciéndose efectivos en nosotros. No se aprende a nadar en un día, aunque hayamos aprendido y decidido que podemos nadar. No se aprende inglés en un día...pero al tiempo, podemos nadar y hablar inglés.
Ponte ese objetivo que parezca pequeño cada día, cada rato que puedas, es lo más importante de tu vida en estos momentos, no lo dejes pasar, céntrate en este esfuerzo. Es importante que no te propongas más de aquello a lo que puedes llegar, no seas injusto contigo. En realidad, de lo que se trata es de que compruebes que si te pones un objetivo, y te centras en conseguirlo, lo llevarás a cabo. Es mejor que ese objetivo sea el que tú consideres adecuado para TUS PRIMEROS PASOS HACIA EL "SÍ QUE PUEDO". Se trata de que aprendas que eres más fuerte que eso que ahora te domina, aunque te lleve tiempo quitártelo de encima, paso a paso, ganarás tú. No se trata de estar bien en la primera batalla, sino de ir siendo consciente de que se avanza, de que se puede.
Se trata de ir practicando poco a poco la forma de conseguir que nuestra voluntad se anteponga a la de la enfermedad. Ahora el punto fundamental es seguir luchando, seguir fortaleciéndonos.
Cada vez que ganes cualquier pequeña batalla, te dices, "hola depresión, soy más fuerte que tú", lo llevas claro, saldrás de aquí... es un modo efectivo de no dejar de sentir que hemos vencido en cada pequeña lucha. Es habitual intentarlo, y olvidar felicitarnos o no darle la importancia suficiente. Pues aquí es lo más importante.
Perderemos algunas, pero todas la ganadas son sustos que le damos al bicho de dentro (a eso que nos pasa sin haberlo elegido, sin saber por qué y a lo que le hemos declarado la guerra), que se irá según vaya viendo el tamaño de tus dientes.
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el segundo escalón
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