martes, 21 de octubre de 2008

¿por qué me ocurre esto?

En los manuales de psiquiatría vas a encontrar la definición de depresión, sus síntomas, sus tipos, etc. Echarle un vistazo no viene mal, y muchas veces tampoco viene bien...nos buscamos entre las palabras que leemos e intentamos etiquetarnos, puede que nos ayude o puede que nos agobie.
Puede que tengas claros los motivos de lo que te ocurre, que la causa sea algo que ha sucedido (una pérdida o cualquier otra circunstancia difícil de tu vida). Si es así, perfecto. Compréndete, date tu tiempo y lucha para salir de ahí. También podría ser que lo que te pase es que tienes inadecuada cantidad de alguna sustancia en tu cuerpo. Eso ya te lo habrá mirado tu médico, si es así: compréndete, date tu tiempo y lucha igualmente para salir de ahí.

Otra posibilidad es que no sepas exactamente por qué te sientes así. A ratos uno está tan perdido que no encuentra claridad suficiente para darse cuenta de qué podría provocar lo que le ocurre. Es posible que haya un poco de todo: algún motivo externo, buena parte de cansancio vital, de desesperanza por no saber qué hacer ya con este ánimo que se cae. Poco a poco se irán aclarando estos motivos, según nos sintamos mejor veremos más nítido. El médico nos confirmará algunos o nos ayudará a llevarlos, el psicoterapeuta nos desatará otros, y el trabajo personal nos dará fuerza para ir pudiendo con todos; esto es muy importante, en ello estamos.

Nos ayudará no olvidar que no es nuestra voluntad estar así. La causa, sea interna o externa, no es "que yo soy así", sino que "estoy enfermo" o "me pasa tal cosa que me pone triste" osimplemente "estoy triste, aunque no sepa por qué". Pero esta no es mi forma de ser, sino cómo me encuentro ahora. Yo soy perfectamente normal. Hay un motivo pero no lo origino yo, sino que lo sufro yo. Esta forma de pensar es la correcta respecto a nosotros, además de ser más justa y quitarnos culpa. No ser culpables nos permite avanzar, y querer luchar contra lo que nos ocurre. Creer que "somos así" no nos permite avanzar, ya que es imposible cambiar algo estable. Creer que el error somos nosotros es el mayor lastre de la depresión, como ya hemos visto.

La insulina (del diabético) no soy yo en mí mismo, sino algo que me ocurre, el litio no soy yo, el marido no soy yo, la pobreza no soy yo, son circunstancias. Yo soy una persona normal que ha decidido luchar contra lo que me ocurre, y sus consecuencias. Lo fundamental ahora, independientemente de qué nos tiene así, es que NO QUEREMOS ESTAR ASÍ. Queremos salir de esta situación, ir tomando la decisión de que va a cambiar el modo en que la vemos, el miedo que la tenemos y nuestra postura ante ella. Que no nos asuste el motivo, eso es algo a eliminar, que no nos obsesione tampoco, lo importante es mi decisión de "querer estar bien".
Esta actitud es fundamental, es la que nos hará salir adelante.

martes, 14 de octubre de 2008

es una enfermedad, no una excusa


Es importante el momento en que te das cuenta de que no eres una persona incapaz de llevar su vida hacia delante, sino una persona que está PADECIENDO algo. Eso, lo que consigue es quitarnos el lastre de la culpa de encima. Es algo que debes conseguir cuanto antes.
Hay un viejo proverbio por ahí que dice:

"si algo no te gusta y no puedes cambiarlo, míralo de otro modo"

Pues eso es lo que vamos a hacer. No nos gusta estar deprimidos y DE MOMENTO, no sabemos cómo cambiarlo. Pero sí podemos verlo de este otro modo. Se acabó el "lo estoy haciendo mal, no sé llevar mi vida, no puedo con nada". Cada vez que te aparezca ese pensamiento te llenas de indulgencia y comprensión hacia ti mismo y te dices: no, eso no es cierto, lo que ocurre es que padezco una enfermedad. Así verás la depresión de otro modo, uno mucho menos dañino.

Ahora bien, que sea una enfermedad no implica que podamos escudarnos en esa frase para "no hacer nada al respecto". Todo lo contrario. Ahora que el tema está acorralado, ahora que sabemos que no lo estamos haciendo mal con nuestra vida, sino...que nos "ha tocado" esta enfermedad, como podía haber sido cualquier otra, lo que tenemos es que ponernos en marcha para combatirla.

Paso a paso. Es fundamental que, en primer lugar, te convenzas de que lo que te ocurre no es culpa tuya; sólo lo padeces.

viernes, 10 de octubre de 2008

algo más que medicinas

Llegan momentos en que uno se pierde dentro de sí mismo. La cabeza piensa de forma circular, reiterando las mismas ideas. Algunas de ellas se basan precisamente en "qué me pasa", "no me gusta ser así". Apenas puedes salir de la cama, cuando miras el televisor en realidad apenas ves lo que emiten, es un pretexto para despistar a tu atención.
Puedes estar en la fase de pasarte el día llorando, en la de no entender nada o en la de darte tristeza de vez en cuando sin motivo aparente.
Lo que aquí nos importa es cómo salir de ahí.
Como recomiendan en muchas páginas y manuales que están acertados, el apoyo de medicación suele ser efectivo. Pero también es necesario un poco de "aprender a vivir", "autoconstrucción", llámalo cómo quieras, se trata de controlar en buena parte lo que nos martiriza y no ello a nosotros, a través del conocimiento y dominio de nosotros mismos.

El primer paso, y absolutamente fundamental, se llama: quiero curarme, quiero mejorar. Ya sé que parece obvio que lo queremos, pero a veces nos hemos rendido un poco ante la insistencia de la depresión. Me explico.

Si retomamos el ejemplo del diabético, no sería lo mismo tener el azucar alto y no tomar medicación que, sí tomarla. Igualmente, esa persona no se encontraría igual de bien si, además de la medicación, se pone a hacer ejercicio diario para bajar azucar y lleva una buena dieta. Con todo ello se sentirá mucho mejor.

Con la depresión pasa igual. No se trata únicamete de soportarla. Además se puede uno medicar, y puede que no para siempre, incluso puede uno hacerse fuerte ante ella, utilizar herramientas internas y externas para ganarle la batalla.
Ya que somos más fuertes de lo que creemos, demostrémoselo a la tenia que debora nuestro ánimo...

lunes, 6 de octubre de 2008

Soy alguien enfermo, no alguien débil

El mayor lastre de la depresión es la carga social que lleva consigo. Cuando lo que se sufre es una enfermedad de cualquier otra índole, como puede ser hipotiroidismo, diabetes, hernia, incluso cáncer (todas ellas terriblemente paralizadoras de la vida rutinaria en su estado más grave), la sociedad comenta: -qué mala suerte y qué bien lo lleva, porque es duro.
Cuando lo que tienen delante es alguien que sufre depresión, el comentario más común es: - qué persona más débil. ¿Pero por qué te lo tomas así? Si es que siempre estás igual. ¿Por qué no reaccionas de otra manera? Sé algo más fuerte.

Esa forma de ver la situación la tienen incluso nuestras personas más cercanas. Lo que intentan con esos comentarios es ayudarnos, darnos su solución. Que esos comentarios estén muy lejos de la realidad que sentimos posible, es porque no entienden que lo que padecemos es una enfermedad "del ánimo".

Ese sería el primer paso para todos, para nuestros familiares, para la sociedad que castiga al triste y, sin lugar a dudas, para nosotros mismos. Si el propio deprimido consigue comprender que sólo está enfermo de algo DE LO QUE NO ES CULPABLE, se sentirá mucho mejor, al menos, aliviado.

Imagínate a la gente, familiares incluidos, diciendo a un diabético: - ¿pero por qué tienes el azúcar tan alto, qué débil eres, no tengas esa forma tan especial de asimilar los alimentos, hombre? ¿Verdad que resulta ridículo? Pues igualmente lo es lo que nos dicen a nosotros.

De la depresión, se sale

Como decíamos en el texto de presentación de este blog, está hecho por personas que conocen bien la depresión, porque la han vivido de cerca. Eso es lo que nos da la posibilidad de hablar de ella con tranquilidad. Nos están comprendiendo. Las aportaciones de todos harán mucho más útil esta pretensión de ayudar al que lo necesite y, sobre todo, de coger las riendas de esta enfermedad, a través de conocerla y entenderla, hasta vencerla.

Te invitamos a que comentes lo que quieras, a que preguntes, a que pidas ayuda, a que respondas a quien tenga dudas. Esta es tu casa. Habrá quien venga con soluciones y esperanza. Habrá quien venga sin creer en nada, esperemos que, entre todos, consigamos que crea, como poco, en sí mismo.